El 18 de abril del 2010 CECOVASA, la Central de Cooperativas Agrarias Cafetaleras del Valle de Sandia se hizo famosa en el Perú al recibir el Coffee of the Year-People's Choice Award de la Specialty Coffee Association of America por su, hoy famoso, Café Tunki. Once años más tarde esta misma reconocida asociación internacional del universo cafetalero brinda el Sustainability Award del 2021 a la iniciativa de conservación del Alto Mayo por promover un café especial próspero, equitativo y sostenible que contribuye a reducir la deforestación en un paisaje megadiverso. Ambos emprendimientos contaron y cuentan, respectivamente, con el apoyo técnico de Conservación Internacional Perú.
¿Pero qué tiene que ver el café con la conservación? Mucho. La expansión del cultivo de café es una de las principales causas de la deforestación, y lo es sobretodo en la región del Alto Mayo, en San Martin. Aquí muchos agricultores migran desde tierras menos fértiles para tumbar bosques nativos que albergan una inmensa diversidad de plantas y animales, y hacer sitio para este grano que cada vez cautiva a más personas en el mundo. Una realidad que se repite en muchos otros rincones del planeta. Para detener esta deforestación se requiere de un enfoque a la escala de paisaje como el que se viene implementando en el Alto Mayo, iniciativa hoy reconocida por la SCA.
Gracias al apoyo de socios como ECOAN y el Servicio Nacional de Áreas Protegidas, en el 2014 se creó la primera cooperativa cafetalera dentro de un área protegida, COOPBAM, donde hoy, más de 450 caficultores han transformado su manera de cultivar café y su relación con la naturaleza. Con un sistema de gestión sostenible en el que sus cafetos coexisten con árboles frutales, maderables y otras especies sin necesidad de fertilizantes químicos, su café sostenible ha contribuido a reducir la deforestación dentro del área protegida a casi la mitad. Al darle un adecuado uso a la tierra, sus parcelas no pierden fertilidad, y no hay necesidad de tumbar nuevos bosques para su cultivo.
A estos productores de café se le han sumado otros productores de cacao fuera del área protegida que aplican el mismo enfoque de sostenibilidad en sus cultivos. Con ellos se está abarcando un ámbito más amplio del paisaje del Alto Mayo, y haciéndole frente a la expansión de la deforestación; se están reconectando los parches de bosque y creando corredores biológicos entre el área protegida y los bosques remanentes en el paisaje. Al promover el cultivo tanto de café como cacao bajo sistemas agroforestales o bajo la sombra de especies forestales nativas, tanto los cafetales como cacaotales cumplen muchos de los servicios ecosistémicos del bosque natural y restauran la biodiversidad en el paisaje.
Asimismo, los volúmenes de exportación de la COOPBAM han aumentado exponencialmente, brindándole mejores ingresos a sus socios; pagar la educación de sus hijos es hoy un lujo que muchos sí se pueden permitir. Estos resultados convencen cada día más a otros que se han convertido en nuestros aliados en la conservación de este vibrante paisaje de la Amazonía peruana, donde ya son 1200 los agricultores de café y cacao que han transformado sus procesos de cultivo. “Sé que mi futuro y el de mi familia dependen de mis decisiones de conservación”, nos comenta Gricerio Carrasco, socio de la COOPBAM.
Hoy en día existen 25 millones de productores de café en el mundo y se consumen 600 billones de tazas de café al día. Para asegurar el futuro de esta industria es necesario proteger también, los bosques y fuentes de agua que sostienen su producción, y asegurar la calidad de vida de quienes lo producen. Así como se hizo en su momento desde el Valle de Sandia con CECOVASA y hoy en este paisaje del Alto Mayo con un manejo adecuado del café orgánico y bajo sombra, los beneficios pueden ser cosechados por todos; menos emisiones de gases efecto invernadero y mejores ingresos para las familias productoras.
Luis Espinel, Vicepresidente Perú de Conservación Internacional afirma que este reconocimiento por la Specialty Coffee Association es una motivación que reafirma el compromiso de la institución de transformar los procesos productivos, como en este caso el del café, en actividades prósperas, equitativas y sobretodo, sostenibles dentro de la Amazonia peruana.