Según la investigación realizada por los científicos de Conservación Internacional, para detener la crisis climática, hay ciertos lugares en la Tierra que simplemente no podemos permitirnos destruir.

Recopilando datos sobre el carbono de los bosques, pastizales y humedales; los científicos determinaron la cantidad de carbono almacenado en los ecosistemas de todo el mundo y midieron el tiempo que tardaría recuperarlo en caso de que se perdiera y lo que esta pérdida significaría para la humanidad.

El resultado: un plan para identificar dónde y cómo enfocar los esfuerzos para proteger las reservas de carbono de la Tierra.

foto: pete oxford

El valor de una generación de carbono

Los científicos identificaron depósitos de “carbono irrecuperable”, reservas de carbono que son potencialmente vulnerables a la liberación por la actividad humana y que, de perderse, no podrían ser restaurados para el 2050. (¿Por qué el 2050? Es el año en el cual la población necesita llegar a cero emisiones netas para evitar una crisis climática).

El carbono irrecuperable abarca seis de los siete continentes, incluyendo reservas en el Amazonas, la cuenca del Congo, Indonesia, el noroeste de Norteamérica, el sur de Chile, el sudeste de Australia y Nueva Zelandia. Estos ecosistemas contienen más de 260,000 millones de toneladas de carbono irrecuperable, del cual la mayor parte está almacenada en manglares, turberas, bosques primarios y pantanos. Una cantidad de carbono equivalente a 26 años de emisiones de combustibles fósiles al ritmo actual.

“Estamos hablando del valor de una generación de carbono contenido en estos ecosistemas críticos”, explicó Allie Goldstein, científica de Conservación Internacional y principal autora del documento. “La buena noticia es que ahora sabemos dónde se encuentra este carbono irrecuperable y que está en gran medida dentro de nuestro control protegerlo”.

El carbono está fluyendo constantemente dentro y fuera de los ecosistemas, agregó Will Turner, también autor del artículo. Pero a medida que los humanos destruyen franjas de bosques del tamaño de una ciudad a un ritmo cada vez mayor, la escala se inclina a fluir fuertemente fuera de los ecosistemas.

“Ya conocemos que los combustibles fósiles liberan cantidades masivas de emisiones y que necesitamos mantenerlas en el suelo”, menciona Turner. “Ahora sabemos que, cuando determinados ecosistemas son destruidos o degradados, se liberan cantidades masivas de carbono que simplemente no podemos recuperar a tiempo para evitar los impactos más peligrosos del cambio climático. Tenemos que hacer que la protección de estos lugares sea una de las principales prioridades de esta década”.

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Definiendo ‘irrecuperable’

En la investigación, los científicos analizaron las reservas de carbono almacenadas en los principales ecosistemas del mundo, a través de tres aspectos: si los humanos pueden afectar esas reservas de carbono, la cantidad probable de carbono que sería liberado si los ecosistemas son destruidos o alterados y qué tan rápido podrían recuperarse estas reservas de carbono si se perdieran.

Con estos criterios, los investigadores pudieron determinar con precisión cuáles son los ecosistemas cruciales para dar prioridad a la acción climática, y donde los humanos pueden realmente tener un impacto.

“Hay algunas reservas de carbono en ecosistemas como la tundra, donde el permafrost liberará carbono a medida que se descongele debido al propio calentamiento global”, dice Turner. “Lamentablemente, en este punto es poco lo que podemos hacer directamente en esos lugares, para evitar que el carbono se libere. Pero otras reservas de carbono que estudiamos se están liberando debido a actividades humanas como la deforestación, lo que significa también que las personas pueden marcar la diferencia protegiéndolos”.

Impulsados por la agricultura y la tala, los niveles de deforestación en bosques tropicales se han elevado en todo el mundo. En el Amazonas, donde se encuentra la mayor parte de la selva tropical del mundo, la destrucción de los bosques ha aumentado en un 85%, desde el 2018. Los manglares siguen siendo destruidos, con más de 100,000 hectáreas perdidas entre el 2000 al 2012. Las turberas están sufriendo un destino similar, drenadas y despejadas, principalmente para dar espacio a plantaciones de aceite de palma.

Aún tenemos tiempo

Sin embargo, según Goldstein, aún hay tiempo para proteger estos ecosistemas críticos.

“Estamos en un momento donde las reservas de carbono en la mayoría de estos ecosistemas aún son manejables”, dice Goldstein. “Nuestras decisiones sobre el uso de la tierra siguen siendo importantes ahora mismo. Si las temperaturas incrementan más de 2 grados centígrados, habrá más ecosistemas que pasarán a una categoría inmanejable”.

Aunque no todos los ecosistemas que almacenan carbono irrecuperable están amenazados, cuando se trata de manejar riesgos, no nos podemos fiar en que estas condiciones se mantendrán en el futuro, señala Turner.

Tomemos de ejemplo a la isla de Borneo: hace unas décadas, la isla estaba llena de turberas y bosques repletos de vida silvestre, explicó. Ahora, Borneo tiene un incremento alarmante sobre sus niveles de deforestación, con más de un cuarto de millones de hectáreas de bosque primario deforestados por año, muchos de estos convertidos en plantaciones de palma aceitera.

A medida que la producción y el desarrollo agrícola se intensifica en todo el mundo, los países deben actuar de manera reactiva y proactiva para proteger estos ecosistemas cruciales, recomienda Turner.

“Prevenir la deforestación solo en lugares donde está sucediendo, es como tener un sistema de atención de salud compuesto por salas de emergencia. Necesitamos ser proactivos con la protección de reservas vivas de carbono mientras se pueda”.

foto: luana lunaci

Proteger la naturaleza, proteger el carbono

Las malas noticias: si perdemos un tercio de este carbono irrecuperable, eso por sí solo nos pondría por encima de nuestro presupuesto de carbono para mantenernos dentro de un aumento de temperatura de 1,5 grados centígrados, el límite que los científicos señalan que es necesario para prevenir los peores impactos del cambio climático.

La buena noticia: hay una serie de actividades que los humanos pueden hacer para protegerlo, dice Bronson Griscom, quien lidera el trabajo de Conservación Internacional sobre soluciones naturales del clima y coautor de este nuevo estudio.

Para detener la crisis climática, explicó, necesitamos dos cosas: emitir menos carbono y eliminar el exceso de carbono de la atmósfera.

“Las reservas de carbono irrecuperable son una pieza esencial cuando se trata de las soluciones climáticas naturales”, indica Griscom. “Necesitamos empezar a diseñar la próxima generación de redes de áreas protegidas que se extiendan a través de varios ecosistemas críticos con altas reservas de carbono irrecuperable, y dar prioridad a la protección de las que están en mayor riesgo. Estos ecosistemas no solo son críticos para nuestro clima, sino que también son conectores de otros servicios esenciales de los ecosistemas como el control de las inundaciones, la filtración del agua y la biodiversidad”.

Siguiente paso: un “mapa del tesoro”

Ahora que estos científicos conocen cuáles son los ecosistemas que contienen más carbono irrecuperable, están identificando el lugar exacto donde se ubican.

“Al localizar las reservas de carbono no renovable a escala mundial, podemos proporcionar a los países un ‘mapa del tesoro’ de los lugares que no podemos permitirnos perder y donde se tiene que detener la deforestación más rápidamente”, explicó Goldstein.

“Esto nos ayudará realmente a planificar la protección del carbono irrecuperable y los lugares donde asignar el financiamiento a escala local, nacional y mundial”.

FOTO: CONSERVACION INTERNACIONAL

Lo que diferencia a este mapa: mostrará el lugar y la cantidad de carbono irrecuperable en las áreas protegidas existentes y bajo la gestión de las poblaciones indígenas, así como las reservas que actualmente están desprotegidas.

Conservación Internacional también está utilizando esta investigación para emprender una ambiciosa iniciativa que busca proteger decenas de millones de hectáreas de ecosistemas altos en carbono irrecuperable.

Pero para evitar los impactos más severos del cambio climático, la protección del carbono irrecuperable debe ser una prioridad de todas las industrias y grupos de interés, desde el sector privado hasta los gobiernos.

“Tenemos cada vez más pruebas de que el último campo de batalla, tanto si fracasamos o tenemos éxito con el cumplimiento del Acuerdo de París de mantener la línea del calentamiento global a 1,5 grados centígrados, no es solo si desaparecemos los combustibles fósiles. Esto también será posible si somos capaces de salvaguardar los sumideros de carbono en la naturaleza”, señaló Johan Rockströn, científico jefe de Conservación Internacional. “Aquí, proporcionamos la primera evaluación global de los ecosistemas que tienen nuestro futuro en sus manos”.